ITALIA: UN ANÁLISIS DE SUS PRINCIPALES INDICADORES MACROECONÓMICOS EN EL PERIODO 1950 -2014 ITALY: AN ANALYSIS OF ITS MAIN MACROECONOMIC INDICATORS IN THE PERIOD 1950 -2014
C.P.C. Diana Beatriz Rodríguez Núñez1
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo analizar los principales indicadores macroeconómicos de Italia para el periodo comprendido entre 1950 y el 2014, para brindar una visión panorámica sobre la evolución económica de un país que tiene un papel preponderante en la Comunidad Europea y además a nivel mundial. Los resultados señalan que desde la apertura de la economía italiana a los intercambios comerciales internacionales, dicho país comenzó a generar un importante crecimiento económico que se vio reflejado en el bienestar de su sociedad, no obstante, debido a la Crisis Financiera del año 2008, su economía ha presentado constantes niveles de recesión que, casi diez años después, comienza a superar con pequeños niveles de recuperación.
Palabras clave
Crecimiento económico; indicadores macroeconómicos; producto bruto interno; productividad.
This paper aims to analyze the main macroeconomic indicators of Italy for the period between 1950 and 2014, and thus provide a panoramic view of the economic evolution of a country that has a preponderant role in the European Community and in addition to world level. The results indicate that since the opening of the Italian economy to international trade, the country began to generate significant economic growth that was reflected in the welfare of its society, however, due to the Financial Crisis of 2008, its economy has presented constant levels of recession that almost ten years later begins to overcome with small levels of recovery.
Keyword
Economic growth; macroeconomic indicators; gross domestic product; productivity
La República Italiana, hogar de las principales culturas como la griega y la romana, donde el Humanismo y el Renacimiento nacieron, está ubicada al sur del continente europeo. Su área terrestre consta de 294,140 Km2 y limita con Suiza y Austria al Norte, con el Mar Jónico y Mediterráneo al Sur, con Eslovenia y el Mar Adriático al Este y con los mares de Tirreno,
Mediterráneo y Luguria al Oeste. Al 2018, cuenta con un población total estimada de 59, 271,466 habitantes, que es el equivalente al 0.78% de la población total mundial. La edad promedio es de 46.3 años, siendo el 71.8% de la población urbana (Worlddometers, 2018). Entre sus principales sectores económicos se encuentran el industrial, agrícola y el turístico.
Italia se ha caracterizado por su gran apertura al comercio más allá de sus fronteras: así, ya desde el siglo XI se formó un gran imperio comercial cuya principal ruta estaba interconectada con Venecia (Tugores, 2016). Miembro fundador del Mercado Común Europeo en 1968, es considerado parte del G7, dada su influencia política y económica como parte la comunidad europea. Es considerado como un país desarrollado, ya que presenta un Índice de Desarrollo Humano de 0.880, un 14.15% más alto que el promedio para Europa y Asia Central, ubicándolo en el puesto 28 a nivel mundial (European Comission, 2018), y un Índice de Gini de 32.7 en el 2017 (United Nations Development Reports, 2018).
La presente investigación analiza sus principales indicadores macroeconómicos para el periodo comprendido entre 1950 y 2014, lo que permitirá conocer cómo ha sido la evolución histórica económica, para ello en el apartado 1 se realiza una breve contextualización sobre Italia, en el apartado 2 se mencionan las principales fuentes de información utilizadas, en el apartado 3 se presentan los resultados obtenidos mientras que en el apartado 4 se realiza una discusión sobre los mismos. Finalmente en el apartado 5 se presentan las principales conclusiones y el en 6, las referencias bibliográficas.
El presente trabajo de investigación utilizó información obtenida del Penn World Table, versión 9.0, para los años comprendidos entre el periodo 1950 – 2014, a través de la cual se realizó el análisis del Producto Bruto Interno (PBI) y sus componentes, así como un análisis sobre los niveles de productividad, intercambio comercial internacional y el impacto del tipo del tipo de cambio en su economía. Asimismo, para el análisis de los niveles de desempleo la principal fuente de información fue la International Labour Organization, cuya información es objeto de estudio para el periodo comprendido entre 1991 – 2017.
El PBI de un país, en este caso Italia, está compuesto por todos los bienes y servicios finales producidos en el mismo durante un periodo de tiempo (Blanchar, Amighini, & Giavazzi, 2012), y permite conocer el nivel de bienestar de los habitantes (Wheelan, 2012). Para el 2017 presentó un PBI anual de 1 935 billones de dólares en el 2017 (The World Bank, 2018). Italia es el cuarto país que contribuye mayoritariamente al PBI de Europa, al aportar el 11.2%, después de Francia (14.9%), Reino Unido (15.5%) y Alemania (21.3%) (European Commission, 2018).
En relación con el PBI per cápita del 2017, éste se encuentra en 26 334.33 USD (The World Bank, 2018). Al analizar la distribución de los ingresos, el Índice de Gini (que señala su nivel de desigualdad, donde 0 es igualdad absoluta y 100 es desigualdad máxima) para Italia es de 32.7, un 8% más alto que el promedio presentado en Europa (30.3%).
En relación con el análisis histórico del PBI Real y Nominal, se observa una tendencia general a la expansión. Esto se debe a que Italia es considerada como la octava economía más grande a nivel mundial (Diario Gestión, 2018), donde se destaca por el dinamismo de su sector industrial, al encontrarse en el puesto n° 8 de los 10 países más industrializados a nivel mundial y además por el volumen de exportaciones mundiales, al ubicarse en el puesto n° 9 de los 10 países con mayores exportaciones a nivel mundial en el 2016 (Actividades Económicas, 2017). Es importante mencionar que el PBI real se ha encontrado, en la mayoría de los años, por encima de PBI nominal, lo que señala que dicho crecimiento o expansión se debió a un aumento en la producción de bienes y servicios más que al efecto de la inflación.
A partir de la Crisis Financiera del 2008, este indicador comienza a presentar variaciones que serán analizadas a continuación en el marco de la tasa de crecimiento histórico.
Figura 1: Crecimiento del PBI Real vs PBI Nominal durante 1950 – 2014. Elaboración propia con datos del Penn World Table
Al analizar la tasa de crecimiento del PBI italiano (Figura 2), destaca el año 1970 con una expansión del PBI real del 13%, el mayor reportado durante los 65 años que abarca el presente análisis. Dicho crecimiento está enmarcado en la apertura de los mercados europeos al comercio y el flujo de dinero internacional en décadas posteriores a la II Guerra Mundial (Tugores, 2016). Posteriormente la tasa de crecimiento se mantuvo, en promedio, en 3% aproximadamente, sin embargo presenta una recesión del 2% en 1975, que puede explicarse en el contexto de la Crisis del Petróleo que se dio a partir de 1973 y que tuvo impacto en la Comunidad Económica Europea a la que Italia pertenecía. De igual forma, a partir de la Crisis Financiera del 2008, Italia estuvo en recesión hasta finales del 2015, cuya tasa promedio de crecimiento fue de – 1.17%. En la actualidad presenta pequeños niveles una expansión del 1% y 4% para el 2016 y 2017 respectivamente (The World Bank, 2018).
Figura 2: Índice de crecimiento del PBI Real y el PBI Nominal durante 1950 – 2014. Elaboración propia con datos del Penn World Table
En relación con el empleo, es conveniente mencionar que, en el 2017, Italia presenta un ratio inferior en 17% al de la Unión Europea, y una Participación de la Fuerza Laboral 15% menor (United Nations Development Reports, 2018). Esta situación afecta principalmente a los jóvenes en edad de 15 a 24 años- en mayor grado a las mujeres- lo que los lleva a buscar oportunidades en otros países, generándose de esa manera una fuga de talentos (Siempre, 2016). A pesar de que Italia es el país que ubica la posición número 18 en el Índice de Desigualdad de Género, con un índice de solo 0.087, un 32.16% por debajo del promedio presentado en Europa Central y Asia, se puede observar en el gráfico que, de la Población Económicamente Activa (PEA), las mujeres tienen un menor nivel de participación en la fuerza laboral, respecto de los hombres.
Figura 3: Índice de participación en la Fuerza Laboral que incluye la Participación Laboral Total
(PRT), Participación Laboral de los hombres (RPM) y Participación Laboral de las mujeres (PRF), durante los años 1991 – 2017. Elaboración propia con datos del International Labor Organization
Al analizar la tasa de desempleo, en el 2017 Italia presentó un 11.3% (respecto de fuerza laboral), una tasa mucha más alta que la presentada en promedio para Europa y Asia Central que reportó 9.5% (United Nations Development Reports, 2018).
En relación con la evolución de la tasa de crecimiento del desempleo, se puede observar que 1998 presenta un alza significativa, esto puede explicarse dada la crisis económica que sufrió Estados Unidos alrededor 1991 y su impacto en el nivel de importaciones italianas (El País, 1991).
Durante el periodo anterior a la Crisis Financiera, Italia presenta la tasa más baja del crecimiento de desempleo, sin embargo a partir del 2008 dicha tasa comienza a presentar niveles ascendentes constantes derivados de los efectos de dichas crisis.
Figura 4: Tasa de crecimiento del desempleo durante los años 1991 – 2017. Elaboración propia con datos del International Labor Organization
Finalmente, para tener una visión global sobre el empleo en Italia, es importante tener en cuenta cómo ha se ido modificando la pirámide poblacional, ya que permite prever cómo el gasto social que se deriva de la atención a la población más envejecida generaría una mayor carga en la población en edad laboral. Así Eurostat señala que en toda la Unión Europea (UE), dado el descenso de las tasas de natalidad y el aumento de la esperanza de vida, se tiene una mayor cantidad de población más envejecida. La edad media en enero del 2016 fue de 42.6 años, donde los jóvenes (cuya edad está comprendida entre los 0 y 14 años) representaban un
15.6% del total de la población, las personas en edad laboral (de 15 a 64 años) representaban el
65.3% y las personas mayores de 65 años, el 19.2%.
En relación con este último grupo, Italia es el país que presenta un mayor porcentaje (22%) de toda la UE y se estima que en la próxima década dicha cifra aumentará, dado que gran parte de los “Baby Boomers” alcanzarán la edad de jubilación. Respecto de la tasa de dependencia de las personas mayores (indicador que señala el nivel de apoyo para dicha población, de parte de la población en edad laboral), Italia presenta un índice de 34.3%, también el más alto de la UE (European Comission, 2017).
Al analizar el PBI de Italia, se observa que el consumo es el que componente con mayor participación, con un promedio del 60% durante el periodo estudiado que se mantiene a un nivel más o menos constante.
El segundo componente con mayor participación es el de la Inversión, que representa el 26% en promedio, sin embargo a partir de la Crisis Financiera del 2008, sus niveles han presentado una tendencia a la baja con una tasa de descenso del 4% en promedio, lo que permite ver que los inversores han ido perdiendo confianza en el país no solo por sus problemas económicos, sino también políticos.
En lo que respecta al gasto del gobierno, presenta un 15% en promedio de contribución al PBI, con niveles que- al igual que el consumo- se mantienen constantes, siendo su índice más alto entre 17% y 18% que se genera a partir del año 2009, en el marco de las estrategias para superar la crisis económica que vive el país.
Finalmente las exportaciones participan con el 17% sobre el total y la importaciones con un 20% en promedio, lo que genera un déficit en la balanza comercial. Cabe mencionar que son las exportaciones el componente del PBI que mayor crecimiento reporta desde la apertura del país a los flujos comerciales internacionales, su mayor crecimiento histórico se dio en el 2007, y su menor tasa se dio en el 2009 a raíz de la Crisis. Similar situación presentan las importaciones, no obstante su aumento se genera desde los años noventa y mantiene su nivel de crecimiento constante.
Figura 5: Componentes del PBI para los años 1950 – 2014, que incluye el consumo (C), la inversión (I), los gastos del Gobierno (G), las exportaciones (X) y las importaciones (N).
Elaboración propia con datos del Penn World Table.
Para analizar el nivel de productividad de Italia se estableció 1950 como año base, el índice presenta un constante crecimiento alcanzando su punto histórico más alto en el 2000. A partir de dicho año los niveles de productividad han comenzado a descender, algunos economistas sugieren que esto se debería al hecho de que el pertenecer a la Unión Europea no ha generado los beneficios que se esperaban para este país (El Economista, 2018).
Asimismo esto se debe a que la productividad promedio por hora trabajada no ha aumentado e incluso ha disminuido en el última década (4.89 versus 5.09 durante la década de los 90). La Crisis Financiera generó la quiebra de muchas empresas y el aumento del desempleo (que aumentó a la par con la tasa de suicidios entre pequeños empresarios y trabajadores), lo que se agravó con el alto nivel de deuda pública (Mesa Redonda, 2012).
Otro factor que incide de forma negativa en la productividad es el burocrático y costoso proceso de quiebra de las empresas, que puede tardar hasta dos años, lo que dificulta que el capital y la mano de obra se desplacen a otros sectores (El Economista, 2018). De igual manera, el gasto en Investigación y Desarrollo representa únicamente el 1.33% de su PBI en el 2014, un 35% menor al de la Comunidad Europea, y el gasto del Gobierno en Educación es del 4% del PBI, un 23% menor al de la Comunidad Europea (The World Bank, 2018).
Figura 6: Índice de productividad laboral durante 1950 – 2014. Elaboración propia con datos del Penn World Table
Italia es considerada con uno de los principales países exportadores a nivel mundial, así los principales productos que vende al son mundo medicamentos envasados, automóviles, repuestos en piezas, petróleo refinado y válvulas. Sus principales destinos son Alemania, Francia, Estados Unidos, Reino Unido y España (The Observatory of Economic Complexity, 2016).
De igual manera, es considerada unos de los países con mayores niveles de importación al ubicarse en el puesto n° 10 a nivel mundial (Actidades Económicas, 2016), entre los productos con mayor importación se encuentran los automóviles, petróleo crudo, medicamentos envasados, gas de petróleo y repuestos, siendo Alemania, Francia, China, los Países Bajos y España sus principales proveedores (The Observatory of Economic Complexity, 2016). A finales del 2017, la balanza comercial de Italia presentó un superávit de 47 447,8 millones de euros (Diario Expansión, 2017).
La Figura 7 permite analizar cómo ha evolucionado la participación de la balanza comercial en el PBI italiano tomando como año base 1950. Se puede observar que a partir de los años 70 hay un déficit comercial constante, es decir, el nivel de importaciones fue mayor que el de las exportaciones; situación que cambió a partir de los años 90, donde por diez años mantuvo una balanza comercial con superávit. A partir del 2002, y en el marco de la adopción del euro como moneda oficial, la balanza comercial comienza a presentar déficits comerciales que aumentaron a raíz de la Crisis Financiera, debido tanto a la reducción de las exportaciones como al aumento de las importaciones. Esta situación se mantuvo hasta el 2014, año en el que se generó un superávit comercial, no obstante el constante déficit comercial presentado podría explicar parte del nivel de endeudamiento público (es el 9° país a nivel mundial con mayor deuda externa (Index Mundi, 2018)).
Figura 7: Índice de Dependencia Comercial para los años 1950 – 2014. Elaboración propia con datos del Penn World Table.
En relación con el análisis para los tipos de cambio en el periodo comprendido entre 19501971, el gráfico presenta una línea recta para el tipo de cambio real (E) y para el tipo de cambio nominal (e), aunque esta última tiene ligeras variaciones. Esto se debe a que, luego de los estragos generados por la Gran Depresión de 1929 y la II Guerra Mundial, se firmaron los acuerdos de Bretton Woods (1944), donde se establecieron las nuevas reglas del funcionamiento económico, entre ellos el compromiso de estabilidad del tipo de cambio. Durante las reuniones que comprendieron dichos acuerdos, la Delegación Británica mantuvo una postura opuesta a la de Estados Unidos que abogaba por la libre movilidad de capitales. De esta manera, mientras se reabrían los flujos de dinero internacional, de forma paulatina, hacia finales 1950, la lira italiana mantuvo tipos de cambio fijo, lo que generó una subvaluación de la moneda, hasta 1970 que pasaron a ser flexibles (Tugores, 2016).
Durante los años siguientes, se observa cómo la lira italiana comienza a reevaluarse, hasta 1983 donde su tipo de cambio fue equivalente al del dólar, y en 1986 presentó una apreciación real en su nivel más alto, siendo de 0.77 por dólar americano, lo que expresa el fortalecimiento de la moneda. Esta misma situación se puede apreciar durante el 2002, cuando Italia adopta el euro como su moneda oficial, momento a partir del cual se puede observar una paridad más o menos constante.
Figura 8: Variación del Tipo de cambio Nominal (E) vs el tipo de cambio Real (e) durante los años 1950 – 2013. Elaboración propia con datos del Penn World Table.
Finalmente, durante la Crisis Financiera que se desató en el 2008, el tipo de cambio real presentó la depreciación más alta durante los últimos 20 años. En el marco de los acuerdos para mejorar la situación económica de la Union Europea, Italia aceptó adoptar diferentes medidas económicas (como los planes de austeridad de 2010 y 2011, y los rescates financieros), mientras Standard and Poor's rebajaba su calificación de A hasta BBB+ en el 2012 (MVS Noticias, 2012).
Dicho contexto de inestabilidad económica generó la variación de los tipos de cambio, tanto nominal como real, que se puede apreciar en la Figura 8, para dicho periodo.
Italia es un país que históricamente ha destacado por su participación comercial y su posicionamiento económico no solo a nivel europeo, sino también a nivel mundial. La apertura de su economía a las transacciones internacionales le ha otorgado una importante influencia en los negocios mundiales y ha permitido el desarrollo de la sociedad italiana hasta ser considerada con un índice muy alto de Desarrollo Humano. (United Nations Development Reports, 2018). Sin embargo, a raíz de la Crisis Financiera del 2008, su economía ha presentado constantes recesiones que, sumado con su nivel de endeudamiento público, han generado que la Unión Europea propusiera millonarios rescates financieros y planes de austeridad que aún no permiten que la economía italiana se recupere en su totalidad, mientras los problemas sociales y políticos van en aumento.
Actualmente el Gobierno Italiano enfrenta el reto de estabilizar dicha situación y se mantiene optimista al respecto: para conseguir dicho objetivo se ha propuesto reducir el nivel de endeudamiento (EuropaPress, 2018), mientras busca generar que su PBI presente una expansión y su tasa de desempleo se reduzca hacia finales del presente año (Agencia EFE, 2018).
En la presente investigación se han analizado los principales indicadores macroeconómicos italianos. Los resultados muestran que el Producto Bruto Interno (PBI) mantiene recesiones constantes a partir de la Crisis Financiera del 2008, donde la tasa promedio fue de -1.17% hasta el año 2015; sin embargo, a partir del año siguiente, comienza a presentar leves recuperaciones con expansiones de 2.5% de crecimiento en promedio para los años 2016 y 2017. En relación con los niveles de desempleo, se observa que hasta el hasta el 2007 se presentaron niveles con tendencia a la baja (menor a 1.5%), sin embargo a partir del 2008 esta situación cambia donde la mujeres que son parte de la Población Económicamente Activa (PEA) son las más afectadas. Respecto de los componentes del PBI se concluye que el consumo interno y la inversión son los que tienen mayor participación, con un 60% y 26% de participación en promedio respectivamente. Por otro lado, el análisis realizado indica que el nivel de productividad promedio por hora trabajada ha disminuido ubicándose en 4.89, un 4% menos en comparación a la década de los 90. La balanza comercial italiana presenta déficits constantes que aumentan a partir del 2008, lo que impacta en su nivel de endeudamiento público; y el tipo de cambio señala que al adoptar el euro como moneda oficial (2002) si bien se genera una paridad con el dólar, a raíz de la Crisis Financiera del 2008, el tipo de cambio real presenta una depreciación de 1.43, siendo la más alta en los últimos 20 años.
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1 Contadora Pública Colegiada de la Pontificia Universidad Católica del Perú y Bachiller en Administración de la Universidad Señor de Sipán. Actualmente se encuentra estudiando una Maestría en Negocios Internacionales en la Universidad de Guadalajara (México). Correo. rnunezdiana@crece.uss.edu.pe