EDITORIAL
¿PROBLEMÁTICA
EN LA EDUCACIÓN MÉDICA?: Divorcio entre las
ciencias básicas y las clínicas
PROBLEM
IN MEDICAL EDUCATION: Divorce between
basic and clinical sciences
Sánchez Marín César1
Como docente e investigador apasionado de las
ciencias biomédicas, me encuentro con la siguiente disyuntiva: ¿nuestra
metodología de enseñanza-aprendizaje es ideal para los estándares y necesidades
actuales? La respuesta podría generar un gran debate intercultural y
generacional.
Desde muchos años atrás, la innovación y desarrollo
en la pedagogía nos permite tener nuevas herramientas de trabajo en las aulas
de aprendizaje durante las cátedras en las universidades. Pero, no solo nuestra
mentalidad, sino también la latinoamericana, ¿estarán preparadas para ir a la
vanguardia de las herramientas didácticas que tenemos? ¿Nuestras mallas
curriculares se apegan a la vanguardia y las tendencias mundiales en pedagogía
en ciencias médicas? Sólo los estudiantes de estas profesiones, y tal vez,
algunos familiares y amigos cercanos, podrían responder estas preguntas, ya
que, sólo ellos, han pasado por los maltratos y la falta de coherencia entre lo
que uno estudia, y lo que a uno le sirve en la práctica diaria profesional.
Este tipo de problemas de aprendizaje, se ve más
reflejado en los estudiantes de medicina, desde el pregrado, hasta la
residencia médica para alcanzar la especialidad, debido probablemente a la
mayor exigencia y responsabilidad ético-legal que estamos obligados a
perfeccionar por el bien de nuestros pacientes; pero que lamentablemente,
genera diversos problemas de aprendizaje y hasta psicológicos.
En un estudio local, se encontró que casi el 50% de
estudiantes de medicina de tres universidades de la región, tiene por lo menos,
un trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión, los más frecuentes1. Si analizamos esta alarmante
cifra, pero no alejada a la realidad nacional actual; en definitiva, algo está
pasando con nuestra población, y en definitiva con nuestros alumnos y futuros
profesionales de la salud.
La investigación en medicina es
pieza fundamental, no sólo para un aprendizaje más significativo, si no para
formar profesionales más creativos, que puedan innovar y desarrollar nuevos
productos y/o terapias que se puedan patentar y sirvan, a nivel nacional e
internacional. Actualmente, las instituciones educativas a nivel mundial, están
teniendo esta perspectiva educacional, creando nuevas políticas y estrategias
que ayuden a disminuir la brecha que se genera entre el currículo, la
investigación y la práctica pedagógica2, 3.
Las ciencias básicas comprenden los cursos
fundamentales como biología, física, química, anatomía, fisiología,
farmacología, entre otros; y en las ciencias clínicas o también llamadas
aplicadas, está la semiología, fisiopatología, medicina interna, pediatría, gineco-obstetricia, cirugía, entre otras especialidades
clínicas y quirúrgicas4.
La dirección e importancia que toman la mayoría de
sistemas de salud en el mundo, siempre se han inclinado, erróneamente, a la
parte de detección y tratamiento temprano, además de la rehabilitación y
recuperación de las enfermedades, sin tener en cuenta la parte prevención y
promoción de la salud5. Esta inclinación, hace que los estudiantes de pregrado se enfoquen más
a la parte del trabajo hospitalario, repercutiendo así, en la toma de
decisiones para ejercer su práctica asistencial a futuro.
Esta distorsionada y limitada visión del ejercicio
profesional en las ciencias médicas, hace que, se investigue en ciencias
básicas, en menor medida y muchas veces ignorándolas; disciplinas fundamentales
para entender y direccionar las ciencias clínicas aplicadas.
En los últimos años, está surgiendo un nuevo
concepto, usado para referirse a un nuevo concepto, rama interdisciplinaria de
la investigación biomédica, que aplica al campo de la medicina junto con los
principios de la investigación, llamada traslacional o traduccional; su meta es la de combinar varias
disciplinas (en términos generales, ciencias básicas y clínicas), recursos,
experiencias, métodos y técnicas para promover, optimizar y mejorar la
prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades6, 7. Estas corrientes tienen, hoy en
día, gran demanda en muchas instituciones a nivel nacional, permitiendo así,
tener un mejor enfoque, una perspectiva mucho más amplia, de la medicina, y el
resto de profesiones de las ciencias biomédicas.
Referencias Bibliográficas:
1.
Sánchez-Marín C, Chichón-Peralta
J, Leon-Jimenez F, Alipazaga-Pérez
P. Trastornos mentales en estudiantes de medicina humana en tres universidades
de Lambayeque, Perú. Rev Neuropsiquiatr.
2016; 79 (4): 197-206.
2.
Cabrera-Enríquez J, et al.
Factores asociados con el nivel de conocimientos y la actitud hacia la
investigación en estudiantes de medicina en Perú, 2011. Rev
Panam Salud Pública. 2013; 33(3): 166–73.
3. Quintero-Corzo
J, Munévar-Molina R, Munévar-Quintero
F. Semilleros de investigación: una
4.
Working Party of National Experts on Science and Technology Indicators.
Revised field of science and technology (FOS) classification
in the frascati manual
[Internet]. Organisation for
Economic Co-operation and Development. 2007. [Acceso el 28 de junio del 2019].
Disponible en: https://www.oecd.org/science/inno/38235147.pdf
5.
Hungin P, et al. The changing
face of medicine and the
role of doctors in the future Presidential project 2017. [Internet]. England:
British Medical Association; 2017. [Acceso el 18 de
abril del
6.
Rey R. Investigación Traslacional en Medicina. Rev. Hosp.
Niños. 2016; 58 (262): 142-148.
7.
Betancourt J, Ramis
R, Mirabal M. Investigación traslacional y transdisciplinaria en salud pública. Revista Cubana de
Salud Pública. 2014; 40 (2): 239-248.
1Medico
Cirujano, Maestro en Medicina, docente a tiempo completo escuela Medicina
Humana Universidad Señor de Sipán.