NIVELES
DE ANSIEDAD SOCIAL EN ADOLESCENTES DE UNA INSTITUCIÓN EDUCATIVA DE TEMBLADERA
EN PERÚ
SOCIAL ANXIETY LEVELS IN ADOLESCENTS OF A TEMBLADERA
EDUCATIONAL INSTITUTION, PERÚ
Vanessa Sofía Rodríguez Gonzales[1]
Pedro Carlos Pérez Martinto[2]
Recepción: 15 de octubre 2019
Aprobación: 29 de diciembre 2019
DOI: https://doi.org/10.26495/tzh.v12i1.1242
Resumen
La presente investigación tuvo como objetivo conocer
los niveles de ansiedad social en adolescentes de una Institución Educativa de
Tembladera, y corresponde a un estudio de investigación descriptivo. Trabajamos
con una muestra no probabilística de tipo intencional, compuesta por 49
estudiantes de ambos sexos de educación secundaria, de una institución
educativa nacional en Tembladera, que fueron evaluados utilizando la Escala de
ansiedad social para adolescentes (SAS-A) , adaptado en el contexto peruano.
Los resultados mostraron que el alto nivel de ansiedad social prevalece en
adolescentes con 52.9%. Se concluye que las estrategias de intervención y
prevención sobre la ansiedad social son necesarias.
Palabras clave: adolescentes, niveles de ansiedad social
Abstract
The present investigation had as objective to know the levels of social
anxiety in adolescents of an Educational Institution of Tembladera, and
corresponds to a descriptive research study. We worked with a non-probabilistic
sample of an intentional type, which was made up of 49 students of both sexes
of secondary education, from a national educational institution in Tembladera,
who were evaluated using the Social Anxiety Scale for Adolescents (SAS-A),
adapted in the Peruvian context. The results showed that the high level of
social anxiety prevails in adolescents with 52.9%. It is concluded that
intervention and prevention strategies on social anxiety are necessary.
Keywords: adolescents, levels of social anxiety
1. Introducción
La adolescencia es un
período crítico del desarrollo, puesto que el adolescente enfrenta diversos
cambios ya sean biológicos, físicos, psicológicos y sociales. A consecuencia de
las transiciones de desarrollo son importantes porque pueden ser vistos como factores
de estrés y, como tales, pueden tener un impacto importante en el
funcionamiento psicológico , puesto que los jóvenes a menudo enfrentan nuevas
situaciones donde tienen que negociar y
así desarrollar niveles más maduros en su
funcionamiento social y emocional; Sin embargo, la novedad puede traer
incertidumbre, miedo al fracaso, y surge el malestar o angustia (La Greca y
Ranta, 2015; Delgado, Inglés y García-Fernández, 2013). Un estudio realizado en
2016 por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés)
encontró que aproximadamente la mitad de los adolescentes en los Estados Unidos
se describen a sí mismos como tímidos. A muchos padres les preocupa que el
comportamiento tímido esté limitando la capacidad de sus hijos para el
desarrollo normal, puesto al alrededor de los 13 años, la ansiedad social surge
en aproximadamente el 12% de los adolescentes (Scott, 2018).
Además, es durante
esta etapa que mucho de los trastornos tienen su comienzo (Thomas et.al, 2015)
y estos suelen estar relacionado al factor social, el cual es considerado como
un agente que influye en el desarrollo emocional y que, ante un contexto nuevo
de relaciones sociales con sus pares o el de pertenencia a grupos genera en
algunos casos síntomas ansiosos (Miers, Rooij y Bokhorst, 2013). De esta
manera, durante la adolescencia, los amigos cercanos superan a los padres como
la fuente principal de apoyo social que contribuyen al autoconcepto y el
bienestar, además, durante esta etapa las relaciones de pareja surgen y
adquieren cada vez más importancia (Siegel, La Greca, & Harrison, 2009; La
Greca & Moore, 2005; McLaughlin y King, 2014; La Greca y Ranta, 2015).
Igualmente, de lo anterior, los hallazgos dan a conocer sobre las relaciones
románticas de los adolescentes, predisponiendo que los adolescentes que son
víctimas de los compañeros también son vulnerables a la victimización en sus
relaciones sentimentales (Siegel & La Greca, 2009).
Es así que se
considera que, aquellos jóvenes con más amigos, suelen ser más competentes
social y psicológicamente, sin embargo, más allá de la cantidad de amistades,
es la calidad que influye en el desarrollo social, emocional y cognitivo (Mak,
Fosco & Feinberg, 2017). Por esa razón cabe resaltar que los adolescentes
con niveles más bajos de compañía e intimidad en sus amistades cercanas al
inicio del año escolar presentan mayores niveles de ansiedad social, es decir
menos intimidad en una estrecha amistad genera niveles de ansiedad social
reflejándose en conductas de evitación social y angustia (La Greca y Ranta,
2015).
Los adolescentes
tienen un deseo excesivo de transmitir una impresión favorable de sí mismo a
los demás y tener creencias que, cuando entran en una situación social, que
están en grave riesgo de comportarse de una manera inapropiada o no
cualificado, lo que lleva a consecuencias sociales desastrosas. Por lo tanto,
las situaciones sociales son vistos como altamente mortal (Spence & Rapee,
2016).
Por consiguiente, la
ansiedad es una “respuesta anticipada frente a un estímulo que se considera
peligroso (externo o interno, real o percibido) o amenaza futura, caracterizada
por sensaciones afectivas de nerviosismo, tensión, vigilancia, aprensión y
alarma, acompañada de manifestaciones conductuales visibles (inquietud motora,
etc.) y cambios fisiológicos como la sudoración, temblor, taquicardia, entre
otros” (Arango, Romero, & Hewitt, 2018; Spence & Rapee, 2016).
Entonces, la ansiedad
social exagera el peligro, interfiriendo en el aumento de pensamientos, lo que
a su vez afecta el humor e incrementa los síntomas físicos. Con la fobia
social, la timidez extrema, la autoconciencia y los temores de vergüenza de una
persona se interponen en el camino de la vida. En lugar de disfrutar de las
actividades sociales, las personas con fobia social podrían temerlas y evitar
algunas de ellas por completo.
Bajo ese contexto de
percibirse torpes, rechazados, en condición de víctimas y excluidos por sus
compañeros el adolescente opta por evitar las interacciones sociales,
prefiriendo el aislamiento y la soledad, influyendo estas conductas en su baja
autoestima y síntomas depresivos y falta de confianza en sí mismos (Van, N.,
& Van, M., 2018; Delgado, Inglés y García-Fernández, 2013).
No obstante, la
ansiedad social está asociada a otros trastornos comórbidos tales como otros
trastornos de ansiedad (por ejemplo, trastorno de ansiedad generalizada), la
depresión y trastornos de uso de sustancias (Teen Mental Health, 2015).
Igualmente, un estudio encontró depresión mayor en 9,3% de los adolescentes con
trastorno de ansiedad social y otros trastornos depresivos en el 13% de los
adolescentes con trastorno afectivo estacional (Mehtalia & Vankar, 2004).
También otra investigación en New York dio a conocer que la ansiedad social no
tuvo un efecto indirecto significativo en la ideación suicida a través del
apoyo social percibido de los padres o amigos cercanos, sin embargo la soledad
puede estar implicado particularmente en la relación entre la ansiedad social y
las tendencias suicidas en los adolescente, es decir que la soledad puede estar
particularmente implicada en la relación entre la ansiedad social y el suicidio
en los adolescentes (Gallagher, Prinstein, Simon & Spirito, 2014).
Esto es especialmente
preocupante dado que hay datos que respaldan que la ansiedad social se presenta
en niveles altos en adolescentes, por lo cual se convierte en un factor de
riesgo que, si no se tratan, estos pueden continuar hasta la edad adulta y
aumentar su gravedad (Aznar, 2014). Puesto que, las personas que padecen trastornos
de ansiedad social a largo plazo corren mayor riesgo de desarrollar problemas
adicionales relacionados con el estado de ánimo, el comportamiento y el abuso
de sustancias (Spence & Rapee, 2016; Scott, 2018).
Además, en los
adolescentes se presentan pensamientos y temores acerca de lo que otros
piensan, por lo cual comienzan a predecir o intentar deducir que es lo que
piensan acerca de su persona. Tal y como lo demuestran investigaciones donde el
adolescentes con ansiedad social tienen un mayor riesgo de pensamientos y
comportamientos suicidas, de esta manera en consonancia con este hallazgo, la
ansiedad social se ha relacionado con dificultades interpersonales
característicos de pertenencia frustrado, como el apoyo social percibido baja y
la sensación de soledad, es decir se asocia negativamente con el apoyo social
percibido, incluyendo el apoyo social de los compañeros y amigos cercanos
(Gallagher et al., 2014). Es así que comienzan a centrarse en las cosas
vergonzosas que podrían suceder, en lugar de las cosas buenas. Esto hace que
una situación parezca mucho peor de lo que es, e influye en una persona para
evitarla.
Por lo tanto, saber
cómo reconocer y responder a la ansiedad en los adolescentes es de suma
importancia. Teniendo en cuenta que, lidiar con la fobia social requiere
paciencia, coraje para enfrentar los temores y probar cosas nuevas, y la
voluntad de practicar. Se necesita un compromiso para seguir adelante en lugar
de retroceder cuando se siente tímido. Poco a poco, alguien que decide lidiar
con la timidez extrema puede aprender a sentirse más cómodo. Cada pequeño paso
adelante ayuda a generar suficiente confianza para dar el siguiente paso. A
medida que la timidez y los miedos comienzan a derretirse, la confianza y los
sentimientos positivos aumentan.
Del mismo modo, dar a
conocer que las Instituciones Educativas pueden desempeñar un papel importante
en el tratamiento de las necesidades de salud mental no satisfechas de los
jóvenes al aumentar potencialmente el acceso a la atención de manera rentable.
Siendo de esta manera, el trastorno de ansiedad social particularmente adecuado
para ser tratado en el entorno escolar. Primero, debido a la naturaleza social
del trastorno, el tratamiento grupal puede ser ideal. El tratamiento grupal es
un desafío logístico en un entorno clínico debido a la variabilidad en los
diagnósticos y la programación entre los clientes, mientras que las escuelas
contienen muchos estudiantes socialmente ansiosos que necesitan intervención
(Ryan y Masia, 2012). De esta manera, se da a conocer estrategias que puede
emplear el adolescente para enfrentar estar la ansiedad social.
Así tenemos que los
adolescentes de la Institución Educativa de Tembladera evidencian las
siguientes manifestaciones a nivel social y cognitivo entre ellas tenemos: que
los adolescentes cuentan con pocos amigos íntimos, ya que presentan dificultad
para entablar relaciones sociales favorables porque muestran poca capacidad
para iniciar y entablar una conversación, sintiéndose incomodos cuando son observados,
lo que genera que tengan torpeza al hablar, evidencien miradas ansiosas y temor
para hablar frente a los demás. Además, los adolescentes son víctimas de
maltrato y burlas por parte de sus compañeros cuando quieren expresar sus
sentimientos y emociones siendo esto un factor para que el adolescente presente
interpretaciones negativas hacia su persona, lo que acarea que no quieran ser
partícipe de actuaciones o actividades sociales, asimismo presentan pocas
expectativas hacia el futuro. Por último, presentan una búsqueda constante por
ser aprobados por sus compañeros.
Estas manifestaciones
se sintetizan en el problema científico: Las insuficiencias en la adquisición
de habilidades limitan la interacción de los adolescentes en las relaciones
sociales.
Desde la evaluación
del diagnóstico se puede decir que estas son las causas del problema: se
centran en el miedo que tiene el adolescente frente a las evaluaciones
negativas, producto de las autovaloraciones que tiene respecto a su persona,
así como en la evitación social respecto a personas extrañas lo que le genera
ansiedad y por último la evitación general de actividades sociales.
En este contexto la
presente investigación tiene como objetivo conocer los niveles de ansiedad
social y conocer si existen diferencias según sexo en adolescentes de una
Institución Educativa de Tembladera.
2.
Materiales y métodos
La presente
investigación corresponde a una investigación de tipo descriptiva, por lo cual,
a identifica resultados descriptivos respecto a la ansiedad social. El abordaje
metodológico corresponde a una investigación cuantitativa, pues pretende
obtener información mediante instrumentos psicométricos (Hernández, Fernández y
Baptista, 2014).
La población estuvo conformada
por estudiantes de secundaria de ambos sexos de una Institución Educativa de
Tembladera. Se trabajó con toda la población, la cual corresponde a 49 (23
mujeres) estudiantes. Como criterios de inclusión se consideró adolescentes
entre 11 a 18 años, que tengan el consentimiento voluntario del director de la Institución
para participar en la investigación.
Como instrumento de
evaluación se utilizó a la Escala de Ansiedad Social para Adolescentes (SAS-A).
La cual está compuesta por 22 ítems, agrupados en tres dimensiones (miedo a la
evaluación negativa, ansiedad y evitación social ante extraños, situaciones
sociales nuevas, ansiedad y evitación social ante situaciones sociales en
general). Ésta compuesta por una escala de respuestas de cinco puntos, desde 1:
nunca hasta 5: siempre. Sus propiedades psicométricas fueron determinadas en
Perú por Zabaleta (2018), quien encontró evidencias de validez mediante
consistencia interna para las dimensiones de la versión original. Respecto a la
fiabilidad, se obtuvo mediante el índice de alfa Cronbach, encontrando índices
adecuados.
En cuanto al
procedimiento y análisis de datos, en la recolección de datos se respetaron los
criterios éticos de la APA (2017). El proceso estadístico se realizará en el
programa SPSS versión 22, el cual permitirá obtener tablas de frecuencias en
base al nivel predominante de ansiedad, posteriormente se evaluó la normalidad
de los datos y se decidió utilizar la prueba paramétrica de T de Studend.
3. Resultados
En la tabla 1, se puede observar que predomina el nivel alto
de ansiedad social. Evidenciando la presencia de este trastorno en más de la
mitad de estudiantes de la muestra, existiendo de este modo la urgente
necesidad de intervención y aplicación de estrategias psicoterapéuticas. Además,
existe un porcentaje significado de estudiantes en el nivel medio; lo cual, es
un indicador
importante para ejecutar acciones a nivel preventivo. Por otro lado, se puede
observar que predomina el nivel medio en la dimensión de Miedo a la evaluación
negativa; seguido del nivel bajo, y finalmente el nivel alto. A pesar que
predomina el nivel medio, es importante indicar que este nivel alto sigue
siendo elevando (23.5%).
Se evidencia que
predomina el nivel bajo en la dimensión de Ansiedad y evitación social en
situaciones nuevas; seguido del nivel medio, y finalmente el nivel alto. A
pesar que predomina el nivel bajo, es importante indicar que los porcentajes de
los niveles medio (33.3%) y alto (31.4%) son elevados. Finalmente, se muestra
que predomina el nivel medio en la dimensión de Ansiedad y evitación social en general;
seguido del nivel alto, y finalmente el nivel bajo. En esta dimensión es la más
preponderante porcentualmente, pues, evidencia una tendencia media alta
respectivamente.
Tabla 1
Nivel de ansiedad social y por dimensiones
Nivel
|
Ansiedad
Social General
|
Miedo a la evaluación negativa
|
Ansiedad y evitación social en situaciones nuevas
|
Ansiedad y evitación social en general
|
||||
N
|
%
|
N
|
%
|
N
|
%
|
N
|
%
|
|
Bajo
|
14
|
27.5 %
|
19
|
37.3
|
18
|
35.3
|
10
|
19.6
|
Medio
|
10
|
19.6 %
|
20
|
39.2
|
17
|
33.3
|
24
|
47.1
|
Alto
|
27
|
52.9 %
|
12
|
23.5
|
16
|
31.4
|
17
|
33.3
|
En la tabla 2, se evidencia que existen grandes diferencias
entre hombres y mujeres en la manifestaron de la ansiedad social, siendo las
mujeres quienes presentan una mayor puntuación; por lo cual, a modo de
prioridad se debería trabajar principalmente con las mujeres a fin de disminuir
las manifestaciones de ansiedad. Así también, se muestra que existen grandes
diferencias respecto a las dimensiones
de la ansiedad entre hombres y mujeres, siendo las mujeres quienes presentan
una mayor puntuación en todas las dimensiones; principalmente en la dimensión
de ansiedad y evitación social en situaciones nuevas.
Tabla 2
Diferencias según sexo respecto a la ansiedad social y por
dimensiones
|
Group
|
Mean
|
Student's
t
|
Mean
difference
|
||
Statistic
|
Df
|
P
|
||||
Ansiedad Social General
|
Mujer
|
37.7
|
3.32
|
47
|
0.002
|
9.31
|
Hombre
|
28.3
|
|||||
Miedo a la evaluación negativa
|
Mujer
|
12.7
|
2.14
|
47
|
0.038
|
2.7
|
Hombre
|
10
|
|||||
Ansiedad y evitación social en situaciones nuevas
|
Mujer
|
17.4
|
3.56
|
47
|
< .001
|
4.55
|
Hombre
|
12.8
|
|||||
Ansiedad y evitación social en general
|
Mujer
|
7.52
|
2.62
|
47
|
0.012
|
2.06
|
Hombre
|
5.46
|
4. Discusión
El objetivo
de la investigación fue conocer los niveles de ansiedad social, y además saber
si existen diferencias según sexo en adolescentes de una Institución Educativa
de Tembladera.
Los resultados evidencian que más de la mitad de los
estudiantes evaluados presentan un nivel alto de ansiedad social, esto es
coherente con diferentes investigaciones a nivel mundial, las cuales han
demostrado que la ansiedad social, es un trastorno psicológico que presenta
amplia prevalencia principalmente en los infantes y adolescentes. Así mismo,
este trastorno es contemplado como uno de los más diagnosticado en el contexto
clínico (Espinosa-Fernández, et al., 2016). Sin embargo, a pesar de la presente
investigación, los estudios formales siguen siendo limitados.
En relación al sexo, se encontró diferencias, identificando
que las mujeres presentan mayor ansiedad que los hombres, esto resultados son
coherentes con diferentes trabajos a nivel internacional, los cuales argumentan
que los trastornos de ansiedad se presentan con mayor frecuencia en el sexo
femenino (Orgilés, Méndez, Espada, Carballo & Piqueras, 2012). Esta
situación también se muestra en los resultados de las dimensiones de la
ansiedad social.
Además, los resultados son coherentes con datos
estadísticos, los que sugieren que en el Perú, en adolescentes mayores de 12
años prevalece los problemas de comunicación verbal, seguida de los trastornos
de ansiedad generalizada (3%) y la fobia social (2.9%) (Saavedra, 2013). Por
otro lado, se conoce que existen diferencias en términos de probabilidad en la
adquisición de los trastornos de ansiedad, y esta diferencia puede estar
asociada a datos demográficos como el lugar de residencia, en este caso vivir en
lugares rurales podría hacer probable la adquisición de dichos trastornos; por
tanto, es importante estudiar la ansiedad social en Tembladera.
Así también, el trastorno de ansiedad social, cuyo inicio en
la adolescencia, se asocia con un deterioro personal significativo, y pese a la
disponibilidad de tratamientos efectivos, pocos adolescentes afectados reciben
servicios. Una de las barreras que impide la accesibilidad a tratamiento es el
tiempo y la distancia de los centros poblados alejados de la zona urbana, por
cual, es evidente la necesidad de trabajar con los adolescentes de Tembladera.
5. Conclusiones
·
Prevalece
un nivel alto de ansiedad social, esto es un indicador que demanda la pronta intervención
que permita disminuir los síntomas ansiosos.
·
Las
mujeres presentan un nivel significativamente más elevado de ansiedad general y
por dimensiones que los hombres, por tanto, a nivel de priorización se debería
aplicar estrategias preventivas y de intervención principalmente en las
mujeres.
6. Referencias
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[1] Psicóloga
Clínica. Centro de Salud Tembladera. MINSA. Perú, lunita_2257@hotmail.com.
[2] Magister, Defectólogo, Docente de la Escuela de Posgrado, Universidad Señor de Sipán S.A.C., Chiclayo – Perú, pcpmartinto2015@gmail.com https://orcid.org/0000-0001-8554-6034.